La lucha de una madre por la inocencia de su hijo preso: Doña Gladys lleva 14 años pidiendo libertad de sentenciado en Bolivia

Desde hace 14 años, una madre lucha por la inocencia de su hijo, Renatto Cafferata Centeno, quien está recluido en el penal “Palmasola” de Bolivia por un crimen que no cometió, según asegura. El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia emitió un fallo hace unas semanas que no le fue favorable.

El pasado 31 de diciembre, el TCP de Bolivia resolvió declarar infundado el recurso de casación interpuesto por la defensa de Cafferata, quien fue sentenciado a 30 años de prisión sin derecho a indulto por la muerte de María Rosario Castedo Guaristy, su pareja.

Cuando tenía 24 años, este administrador de empresas fue detenido como principal sospechoso del homicidio de la odontóloga, diez años mayor que él, en su casa de Santa Cruz, el 15 de enero de 2011. La mujer fue apuñalada hasta en nueve ocasiones y tanto vecinos como familiares lo vieron salir del inmueble en ese momento.

Sin embargo, Renatto Cafferata aseguró que había encontrado a su pareja cuando ya había sido atacada y que vio salir a dos sujetos, a los cuales había visto anteriormente en el consultorio que tenía la boliviana.

Según denuncia Gladys Centeno, madre de Renatto, se trataba de dos sicarios que fueron enviados por la expareja de Castedo, un narcotraficante que estuvo purgando ocho años de condena en Brasil, como consecuencia de una deuda. La víctima conoció al acusado en Brasil, país adonde fue a estudiar la carrera de Odontología.

No admiten pruebas

El testimonio de Cafferata no fue tomado en cuenta por el Tribunal Quinto de Sentencia Penal de Santa Cruz ni lo fueron otras pruebas. “El resultado de las huellas en el cuchillo fue negativo, al igual que la prueba de ADN. Las huellas que se encontraban alrededor de la difunta eran de zapato y eran más grandes, a diferencia de los tenis negros que llevaba mi hijo el día de los hechos”, dijo a EXPRESO la madre de Renatto.

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Tras una necropsia, el forense comprobó que las uñas de Castedo no estaban rotas ni había desgarro de piel. El resultado no fue pedido por el fiscal ni por el Tribunal.

Los abogados de Cafferata presentaron quince oficios para su defensa, pero los jueces no aceptaron los documentos. “Los denunciamos por prevaricato, pero ignoraron todo”, dijo la mujer de 70 años.

En febrero de 2016, el TCP anuló la sentencia emitida por el Tribunal Quinto, con lo cual el caso debía volver a juicio oral. Sin embargo, una sala constitucional en Sucre dejó sin efecto su ejecución y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió una nueva resolución. “Ya me cerraron la última puerta”, dijo Centeno.

Extorsiones

Según la madre de Cafferata, Castedo mantenía comunicación permanente con el acusado Félix F.S., a través de cartas. Incluso los padres de la mujer, que decían no conocerlo, sabía quién era.

Durante el proceso, la familia Cafferata denuncia que policías y fiscales los extorsionaron con dinero, a cambio de favorecerlos.

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