Franco Favilla: “Los combustibles verdes son el medio para lograr un futuro ecosostenible”
Los combustibles fósiles y las fuentes de energía limpia cuentan, cada uno, con elementos negativos que no todos tienen en consideración
Poco a poco el mundo retomó su cauce regular. A medida que las personas volvían a poblar las calles de las ciudades del mundo, las industrias volvían a colocarse en marcha, dando paso también a algunos aspectos negativos que durante la pausa propiciada por el COVID-19 tuvieron que cesar y nos mostraron las bondades de una sociedad sin sus repercusiones.
Tal es el caso del petróleo que, como combustible fósil, incluso en nuestros días siguen siendo la fuente de energía más solicitada en el mundo. Los beneficios medioambientales que vimos durante el parón ocasionado por el virus, han colocado la lupa sobre los problemas contaminantes preexistentes de este tipo de energías, y a su vez, han colocado la vista de corporaciones y personas en otras fuentes que empaticen más con el propósito de tener un mundo menos contaminado.
La complicada situación por la que atraviesan este tipo de energías (petróleo y gas), acentúa lo arriba planteado y presiona, con mayor ahínco, en que se comience un proceso de transición real entre las fuentes de energía. En junio del presente año, en el Perú la producción nacional de petróleo se contrajo en un 40.1% siendo esta la menor tasa obtenida durante 2020, según datos de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.
Una situación similar a lo que ocurre con el gas natural, que durante junio de 2020 solo logró producir 833 millones de pies cúbicos por día, una reducción de 25.7% comparada con las cifras registradas en el mismo rango del pasado año.
Franco Favilla, fundador y actual CEO de Seasif Holding, empresa especializada en diversos sectores económicos de inversión (como la energía) y con presencia en 8 países de Europa, Sur y Norteamérica, considera que la persistencia en el mercado del petróleo demuestra que su tiempo no ha acabado, pero resalta que los métodos convencionales de obtención sí han caducado.
“Si la prioridad es garantizar a la sociedad de mañana un modelo de energía sostenible, creo que la solución puede venir de los combustibles verdes. Se trata de tecnologías que permiten producir combustibles similares a la gasolina o al gasóleo, con la misma cadena de producción, pero con un impacto ambiental prácticamente nulo”, señala Franco Favilla.
Lo cierto es que las cadenas de producción de los combustibles fósiles, como la gasolina o el diésel, mantienen millones de hogares alrededor del planeta. Recientemente, las grandes compañías energéticas de Europa como Shell y BP anunciaron que deberán reducir en más de un 10% su personal con la finalidad de hacer más sencilla su transición al mundo de las bajas emisiones. Esto significa que entre 9.000 y 10.000 trabajadores quedarán sin empleo.
El CEO de Seasif no ve muy claro que la apuesta adecuada esté en el sector eléctrico: “Muchas inversiones, hasta ahora, se han referido al llamado "mercado de la electricidad", pero a largo plazo veo grandes dificultades: ¿quién llevará a cabo el deshecho de los paneles solares? ¿Con qué energía? Sin mencionar las baterías, que ahora tienen ciclos de vida cada vez más cortos y no son de ninguna manera fáciles de desechar”.
Por muchas que sean las protestas contra las compañías petroleras, las iniciativas medioambientales, la creación de conciencia ante el ya presente cambio climático o las crisis que le han sobrevenido y/o que está atravesando, es el propio mercado el que le arroja el salvavidas necesario, en forma de competitividad, al petróleo haciéndolo un objeto fiable de inversión.
“Por eso hoy, cuando hablamos de economía verde, debemos abordar inmediatamente otra cuestión crucial: cuando el mundo entero se vuelva verde y los ingresos fiscales garantizados por el petróleo disminuyan, ¿cómo se mantendrán los presupuestos de los estados? Sospecho que la transición a una economía sostenible pasará primero por aquí”, concluye Franco Favilla.