Con vacunación y tratamiento médico oportuno se termina pandemia en Perú, asegura especialista
Hay que felicitar al Ministerio de Salud por la campaña de inmunización, señala el neumólogo Roberto Accinelli.
Por Jorge Alani Vera
Conversamos con el neumólogo y profesor principal de la Universidad Cayetano Heredia, Roberto Accinelli quien nos hace ver con claridad, criterio científico y pragmatismo, la luz al final del túnel de la pandemia de la COVID-19 en el país.
¿Cómo califica la actuación del país ante la pandemia?
Le respondo recordándole que el Perú tiene la tasa de fallecimientos más elevada del mundo y el primer lugar en huérfanos causados por esta enfermedad. Y que en América Latina somos el único país que desde que se decretó la cuarentena el 15 de marzo de 2019 continúa sin permitir la asistencia a clases de sus estudiantes. Usted y sus lectores son los llamados a poner la calificación.
Pero el Perú apenas detectado el primer caso tomó la decisión de la cuarentena, siguiendo una de las tres formas en que un país podía enfrentar la pandemia de la covid-19. Sin embargo, mientras que otros países la controlaron, en el Perú no sucedió así…
Le relataré lo que me comentó uno de los médicos más comprometidos de Iquitos, la ciudad con más casos de covid-19 cuando empezó la pandemia: "Maestro, acá en Iquitos los loretanos creen que cuarentena es vacaciones. Todo sigue igual, la gente saliendo a las calles"... Y a las pocas semanas su comentario fue: “Imposible que hagan cuarentena en Iquitos. Las personas tienen que comer. Y entre evitar la COVID-19 y morir de hambre en la casa, prefieren cachuelear todos los días porque si no trabajan no comen, pues la mayoría son informales, por encima del 71% que es el promedio nacional”. La cuarentena sirvió para preparar nuestro sistema de salud para enfrentar mejor la pandemia. Pero creer que con cuarentena controlaríamos la pandemia es no conocer cómo es el Perú.
¿Qué hacer, entonces?
Buscar otras medidas. Ante una enfermedad nueva, dar medicamentos en segundo uso es una alternativa. Este nuevo coronavirus SARS-CoV-2 comparte el 80% de sus genes con el SARS-CoV-1 como también la puerta de ingreso a las células humanas del receptor de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ECA-2). En el 2006 se concluyó que se tenía ya la medicina para tratar una nueva epidemia por un coronavirus pues ésta alcanzaba niveles en tejidos decenas de veces el de la sangre, con efectos secundarios mínimos, de muy bajo costo, con reconocida acción antiinflamatoria, con probado efecto contra el SARS-CoV in vitro, pues bloquea la reproducción de este virus en el citoplasma de la célula que infecta y el ingreso del virus a la célula por el receptor ECA-2. Como la epidemia de SARS había desaparecido años antes no había pacientes para probar su efecto en los enfermos. El grupo de Marsella usó esta medicina, la hidroxicloroquina, demostrando una significativa disminución en la concentración de virus en los que la usaban, potenciándose su efecto cuando se añadía azitromicina. Y este esquema fue el primero que se normó en el Perú para tratar la COVID-19.
Pero entonces, ¿por qué no se empleó masivamente?
Yo no tengo la respuesta. En los estudios operacionales hechos tanto por el Minsa y por EsSalud se demostró la protección de la hidroxicloroquina, ivermectina y azitromicina, solas o combinadas. Ha habido un encono contra la hidroxicloroquina que llevó a que se publicaran artículos con datos falsos, como el del Lancet con 96,032 pacientes que demostraba mayor mortalidad en el grupo que recibió este medicamento, y que fuera retirado de la revista a pedido de los propios autores, pues no se pudo demostrar que la población estudiada existiera.
En las normas del Perú estaba usar HCQ pero se recomendaba tomar antes un electrocardiograma porque puede haber una prolongación del segmento QT, que no tiene importancia clínica. Hay otras medicinas, como la ciprofloxacina, que causan el mismo evento pero a nadie se le ocurre cumplir con el electrocardiograma antes de tomarlo para un cuadro diarreico, por ejemplo. Esta inadecuada recomendación, sumado a las ‘fake news’ que adjudicaban mortalidad por su uso causó inseguridad entre los médicos peruanos de emplear una de las medicinas más seguras que tenemos.
¿Podríamos usar entonces los dos nuevos fármacos con aprobación de uso de emergencia de la FDA de los EE.UU.?
Por supuesto que sí. Pero recordemos que: 1. Las medicinas no están aún en el Perú. 2. El gobierno peruano compró antes de la pandemia cada tableta de 500 mg de cloroquina a 6 centavos de sol, por lo que la inversión sería de 20 centavos de dólar por paciente, mientras que cada esquema de molnupiravir cuesta más de 500 dólares. 3. Son 1,433 los pacientes del estudio con molnupiravir publicado en el New England Journal of Medicine que le valió para ser aprobado su uso, mientras que con paxlovid no existe ningún artículo en una revista revisada por pares, pero ya ha sido aceptado su uso por los reportes presentados por laboratorios Pfizer con 1,881 pacientes. 3. La recomendación es dar ambas medicinas apenas comiencen los síntomas de covid-19, debiendo ser tratados dentro de los 5 días de enfermedad, habiendo ingresado al estudio de molnupiravir el 47.7% dentro de los primeros tres días y logrando 89% de protección de hospitalización o muerte con paxlovid entre los que comenzaron el tratamiento dentro de los tres primeros días de síntomas. 4. Efectos adversos fueron reportados en el 30.4% de los que recibieron molnupiravir, semejante al 33% de los que estuvieron en placebo.
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