Caso Leyla Cristobal: ¿qué revelan las cámaras de seguridad sobre su relación antes de encontrar sin vida a su pareja?
Paradero de mujer sigue siendo incierto desde el 30 de diciembre de 2024.
La madrugada del sábado 2 de enero, Roberto Palomino Romero, principal sospechoso de la desaparición de Leyla Yaneli Cristobal Penadillo, fue encontrado sin vida en la carceleta de la comisaría San Cayetano, en el distrito de El Agustino.
Palomino, de 32 años, se encontraba bajo custodia policial desde que fue señalado como el principal responsable de la desaparición de la joven profesora de educación inicial, de la cual se desconoce su paradero desde el 30 de diciembre de 2024.
Horas después del hallazgo de su cadáver, agentes del Departamento de Investigación Criminal subieron al cerro San Pedro, en busca de pistas sobre Leyla.
Acompañados por la Fiscalía, representantes del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y efectivos de la comisaría local, los agentes inspeccionaron la vivienda de Palomino en busca de indicios que permitieran esclarecer la desaparición. Sin embargo, no lograron encontrar rastros de la joven.
En la diligencia, los perros de la unidad canina de la policía también participaron, pero tampoco dieron señales de la presencia de Leyla. Los vecinos de la zona, conmocionados por los hechos, se unieron a la angustia de los familiares de la joven, quienes aún no tienen noticias sobre de ella. La incertidumbre sobre su destino crece con cada día que pasa sin respuestas.
MÁS INFORMACIÓN:El Agustino: encuentran sin vida al principal sospechoso de desaparición de profesora
El último registro visual de Leyla Cristobal corresponde a la mañana del 31 de diciembre, cuando fue captada en un video de seguridad. En las imágenes, se observa a la joven seguir a su pareja, Roberto Palomino, quien en un momento la empuja y le da una patada.
Una segunda cámara de seguridad grabó a la pareja peleando en compañía de un hombre, aunque aún se desconocen las causas de la discusión. Leyla, de 27 años, se destacó en redes sociales por su carácter alegre y su trabajo como docente. Su desaparición conmocionó a sus familiares y amigos, quienes continúan esperando respuestas.
En la tarde del 2 de enero, peritos de criminalística regresaron a la vivienda de Roberto Palomino para ejecutar la prueba de luminol, con el fin de detectar posibles rastros de sangre o cualquier otro indicio que pudiera ayudar a esclarecer el caso. Sin embargo, el paradero de Leyla sigue siendo un misterio.
Mientras tanto, la familia de la joven continúa viviendo en una angustiosa espera, temerosa de lo peor, sin saber qué ocurrió con la profesora que fue el pilar de su hogar y su comunidad educativa.
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