Atropellos de la ira, casos El Charrúa, en Lima, y El Rancho, en Madrid: de la prisión preventiva a la cadena perpetua
En Perú, destrozos significativos y varios heridos; en España, muertos y lesionados.
Aún y por mucho tiempo será tema de conversación en la chismosa Lima, el caso del restaurante El Charrúa y de su comensal iracundo que embistió contra el local y sus clientes con su auto de lujo al final de una reyerta. Ambos atropellos dejaron heridos leves, destrozos significativos y una historia urbana llena de violencia que, cuándo no, llenó los noticieros de televisión.
Mucho más trágica ha sido una embestida sucedida recientemente en un restaurante de Torrejón de Adroz en Madrid que concluyó con cuatro fallecidos y nueve heridos. Los protagonistas: dos clanes familiares y una boda. Y uno más, oculto, larvado: la ira, el rencor, acaso antiguo de Micael da Silva, conocido como el ‘portugués’, quien no había sido invitado y acudió con sus dos hijos y dos sobrinos. Al negárseles el ingreso y tras una discusión, ‘El Portugués’ se subió a su auto y embistió a los asistentes. Luego alegaría, como en el caso limeño, un ataque de pánico supuestamente producido, en este caso, por el temor cerval a ser linchado. La acusación sostiene que lo hizo por venganza originada por el rechazo a ser aceptado en la boda con su familia.
Un bólido en el restaurante
El caso del empresario, Miguel Ángel Requejo, en Lima, fue captado por cámaras de seguridad y reconstruido con declaraciones de clientes del restaurante en el momento de la embestida. El Poder Judicial dictó a través de la jueza Kharla Orellana Sánchez, del Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria de La Molina, la prisión, respaldando así el criterio del Ministerio Público al considerar que existe peligro de fuga, falta de arraigo y posibilidad de obstaculización de la investigación. Al empresario se le acusa de los presuntos delitos de homicidio calificado en grado de tentativa, omisión de socorro y daños agravados en agravio de cuatro personas que resultaron heridos. En el momento cumple la prisión preventiva en el penal de Cañete del INPE.
Los breves minutos que mediaron entre la expulsión del empresario, tras una gresca producida con otros clientes, y su retorno, desde su casa que queda muy cerca, al local en donde protagonizó la embestida, han permitido a la Fiscalía señalar que no se trató de un acto impulsivo. Requejo, por su parte ha declarado que no tuvo la intención de hacer daño, pidió disculpas en la audiencia, dijo que había perdido sus lentes y que se fue en shock. Su defensa ha alegado, también que no sabe manejar correctamente.
Horror en plena boda
En el caso madrileño, el jurado popular ha declarado culpable a Micael D.S.M., conocido como el ‘El Portugués’, de la muerte de cuatro personas —dos mujeres, un hombre y un menor de edad de dieciséis años— por un atropello múltiple en la boda celebrada en el restaurante El Rancho de Torrejón de Ardoz, Madrid. También lo han declarado culpable que haber intentado matar a las nueve personas heridas y descartado el miedo que sintió como atenuante. Tras el veredicto del Jurado popular, la Fiscalía ha solicitado prisión permanente revisable para el acusado, la pena más alta contemplada por el ordenamiento jurídico español. Por su parte, la defensa de ‘El Portugués’ ha solicitado la pena mínima por cada delito de asesinato, anunciando que apelará la sentencia.
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Antes de la boda madrileña, se produjo una reyerta entre algunos invitados y Micael D.S.M. y sus acompañantes. Tras ello, los expulsaron, pero continuó el enfrentamiento fuera del restaurante. Fue entonces cuando los familiares de la pareja que se casaba ese día decidieron expulsarlos de la celebración, lo que dio lugar a un enfrentamiento fuera del local. Momentos después y con ‘El Portugués’ al mando de su vehículo se produjo el mortal atropello.
La psiquiatría y la ira
Dicen los psiquiatras que la mayoría de los deprimidos lo que tienen es rabia, una profunda rabia, un soterrado rencor contra algo o alguien –y en muchos casos contra sí mismos- que a veces no saben identificar. Ellos están en vela en su psique, hasta que con un detonante que resulta muchas veces extraño, estallan con consecuencias imprevisibles. Tal vez por eso hace dos mil años en un monte famoso se escuchó: “Bienaventurados los mansos porque ellos heredarán la tierra.”
“La expresión sana de la ira natural no es un problema. Se vuelve malsana cuando se reprime, se vuelve incontrolable o explosiva, e interfiere con la vida diaria y las relaciones”, señalan los manuales médicos. No hay duda de que los casos ocurridos aquí y en Madrid, son expresiones de esa ira “incontrolable o explosiva”. Más, en todos los casos, pueden funcionar técnicas sencillas como la respiración profunda luego del incidente que la puede provocar.
La prédica de Lao Tse
Herman Hesse, el gran solitario, dijo que dentro de nosotros hay un santuario al que podemos retirarnos en cualquier momento. Hagámoslo a menudo, allí descubriremos a nuestros verdaderos dioses y escucharemos el mítico sonido del silencio. Si hay que pensar, pensemos. Si hay que vivir o sobrevivir, vivamos o sobrevivamos con serenidad y esperanza. Y si hay que luchar, dignamente luchemos, pero recordando que como predicaba Lao Tse, “el mejor luchador nunca está enfadado”.
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